Este artículo se basa en el libro Instalaciones Eléctricas Sin Misterios, de nuestra autoría, publicado en 2005. Al final del artículo algunas sugerencias de lectura adicionales y las notas sobre las nuevas normas para instalaciones en nuestro país. (Vea nota en el final del artículo)
No es posible mantener en toda la extensión de una red de energía la tensión en 110 V o 220 V.
La propia resistencia de los hilos que distribuyen esta energía hace que la tensión caiga progresivamente a partir del transformador, que es el punto de partida de cada circuito, vea la figura 1.
Es común que al principio de la línea (cerca del transformador) tengamos una tensión un poco mayor de lo normal, mientras que al final, esta tensión pueda caer a menos de 100 V, en el caso de una distribución de 110 V.
Los aparatos electrodomésticos y electrónicos normalmente están diseñados para funcionar satisfactoriamente incluso cuando la tensión varía un 10% para más o para menos y las propias hiladas, según vimos, admite caídas de hasta 4 o 5%, sin embargo, existen casos en que las variaciones pueden superar estos límites. (*)
Con una tensión muy alta, existe el peligro de la sobrecarga, cuando entonces el aparato puede "quemarse".
Algunos aparatos poseen una llave de ajuste que permite operar con tensiones por encima de los 110 V (117 o 127 V, por ejemplo) o de 220 V (230 o 240 V, por ejemplo) para que en estos casos no se produzcan sobrecargas.
De cualquier manera, sospechando de tensiones anormalmente altas en su red, lo mejor es hacer mediciones (vea cómo proceder en el ítem correspondiente).
Para la baja tensión, los problemas de quema son más raros en los electrónicos, pero existen en los electrodomésticos.
Así, una nevera que está siendo alimentada con una tensión anormalmente baja (90 V, por ejemplo) queda "intentando" dar la salida cuando el termostato lo exige, pero no consigue, pues no hay suficiente tensión para accionar el motor.
El resultado es que sin poder partir, el motor presenta una resistencia muy baja, exigiendo una corriente mucho mayor (los intermitentes de las lámparas muestran cómo la heladera "tira" corriente en este momento!).
Si la nevera continúa mucho tiempo en este esfuerzo, además de un buen aumento en el consumo de energía de la vivienda, el propio motor puede sufrir daños por sobrecalentamiento.
Las variaciones de tensión en una red de energía no ocurren sólo en función de la longitud de los hilos, sino también en función de las variaciones de consumo durante el día. En los horarios de pico de consumo, cuando la corriente se eleva, la tensión puede sufrir caídas bastante grandes.
ESTABILIZADORES DE TENSIÓN
Muchos aparatos electrónicos modernos como, por ejemplo, los televisores, poseen circuitos internos que compensan las variaciones de la tensión de entrada de modo automático. Existen incluso aparatos que reconocen si la tensión de una toma es de 110 V o 220 V, adaptándose de modo automático para su funcionamiento.
Otros aparatos, como pequeños electrodomésticos, no sufren problemas mayores con variaciones de tensión, a menos que se eleve mucho más allá del límite superior.
Así, los electrodomésticos con motores (ventiladores, licuadores, etc.) sólo pueden tener pequeñas variaciones de la velocidad o de la potencia. Las lámparas tienen sólo variaciones de brillo, quedando "más débiles" cuando la tensión cae.
Para los casos en que el aparato es sensible a las variaciones de la tensión de la red de energía, el problema puede ser resuelto con el uso de un estabilizador de tensión.
Antiguamente, en los televisores que eran muy sensibles a las bajas tensiones, cuando la imagen "cerraba" con la tensión más baja eran usados ??los transformadores manuales, (figura 2).
Actualmente se utilizan estabilizadores automáticos que sirven para mantener constante la tensión de alimentación de televisores, refrigeradores, ordenadores y otros aparatos más sensibles.
En la compra de un estabilizador, el usuario debe estar muy atento a su POTENCIA.
Esta potencia se da en kilo-voltios x amperios o kVA.
El estabilizador debe tener una potencia mayor que la requerida por el aparato que va a ser alimentado. Así, si el televisor requiere una potencia de 200 W que, en principio, sin tener en cuenta los denominados "ángulos de desfase", se dará como 0,2 kVA, el estabilizador debe proporcionar al menos 0,4 kVA para mayor seguridad .
EL APARATO QUE QUEMA POR PROBLEMAS DE TENSIÓN
Los accidentes pueden ocurrir cuando hay un corte de energía o se realiza una reparación en la red por la concesionaria.
Cuando se restablece el suministro de energía, pueden producirse picos capaces de dañar aparatos electrodomésticos y electrónicos comunes.
Por lo tanto, se recomienda que en caso de corte de energía, inmediatamente todos los aparatos que estaban conectados se apaguen.
Sólo después de que la energía vuelve, es que podemos conectar los aparatos que estaban siendo usados con seguridad, pues la tensión estará estabilizada.
Si el corte y la vuelta de la energía son muy rápidos, no dando tiempo al usuario para apagar los aparatos, probablemente la quema sucederá.
Si ocurre la quema de un aparato en su casa por problemas de suministro de energía de una forma anormal o por accidente (como la interrupción del neutro de la red, como vimos) la empresa distribuidora debe indemnizarlo.
El procedimiento normal consiste en hacer un presupuesto de la reparación del aparato dañado y luego remitir a la concesionaria de energía una carta, indicando el día y la hora del corte o anormalidad con el daño y el costo de la reparación.
En general, después de verificar si en esa fecha hubo realmente una anormalidad de suministro de energía, el pago de las reparaciones se efectúa.
También debemos considerar que hoy en día los equipos eléctricos y electrónicos son, en la mayoría de las suposiciones, bi-volt, o sea, funcionan tanto en la red de 110 V como 220 V, en realidad presentando el mismo comportamiento en bandas de tensiones típicamente de 80, a 240 V.