Este texto fue retirado del libro "Instalaciones Eléctricas Sin Misterios" (2005). Ver nota al final.
La humedad es un gran enemigo de los dispositivos eléctricos. Atacando los contactos, provoca la oxidación, desgaste y posteriormente la quema de dispositivos eléctricos como tomas, interruptores, etc.
Un punto crítico en una residencia es el baño, donde la presencia de la ducha hace que la atmósfera se mantenga con un alto grado de humedad, que acaba por afectar las tomas, los sockets de lámparas e interruptores.
Con el tiempo, los interruptores empiezan a fallar, exigiendo que se apriete su palanca en un grado mayor de lo normal, para que funcione, o incluso que tengan que realizarse repetidas tentativas en el sentido de llevarlos a la operación.
Las tomas empiezan a presentar problemas de contactos, con los dispositivos (afeitadoras y secadores) fallando o incluso provocando su calentamiento si tienen un consumo elevado.
Con el tiempo estas tomas pueden deformarse causando el "desbordamiento" debido a un cortocircuito de que ya hablamos.
Cuando un interruptor de baño o toma, o un zócalo de lámpara presenta señales de oxidación y consecuente falla, lo mejor que tenemos que hacer es cambiarlo.
Este mismo problema se observa con frecuencia en lavanderías, cocinas y otros lugares donde existe el peligro de penetración de humedad o incluso agua.
También debe considerarse la posibilidad de que ocurra en instalaciones normales donde haya habido una infiltración de agua de lluvia.