Muchas veces un aparato que es llevado al taller de reparación por no funcionar, nada más tiene que un simple fusible quemado. Es claro que, habiendo el cambio del fusible por uno del mismo tipo y él vuelva a quemar enseguida, debe haber causa más grave que provoque eso. Se debe realizar una verificación interna.
Si nada ocurre es probable que la quema se debió a variaciones de la tensión de la red de alimentación o algún pequeño "accidente" como, por ejemplo, hilos recostados unos en otros por descuido.
Los fusibles más usados en los aparatos electrónicos son los de cartucho de vidrio, con la apariencia mostrada en la figura 1, que pueden especificarse para corrientes de 100 mA hasta 10 A o más.
Observamos que las tensiones indicadas en los fusibles se refieren al valor máximo en que pueden ser aplicados. Así, un fusible con la indicación de "250 V" puede usarse perfectamente en un circuito de 12, 110 o 220 V. La corriente debe ser obedecida.